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El gerente de la Fundació Bit, Antoni Roig.

La Fundació Bit, un apoyo fundamental

La Fundació Bit es una de las entidades colaboradoras que participa activamente en la cuarta edición de Connect’Up. El Parc Bit, parque tecnológico y sede de la Fundació Bit, colabora en el proyecto emprendedor, cediendo sus instalaciones y asegurándose de que las formaciones se impartan en un ambiente seguro, además de ser parte de los formadores con su programa Emprenbit. Además, también colaboran en los premios ofreciendo la entrada en EmprenBit (para la categoría Start) y acceso a financiación y gestión de la innovación (categoría Grow).

Antoni Roig es gerente de la Fundació Bit y señala que «el objetivo es que los emprendedores vayan percibiendo el Parc Bit como su casa y como punto de apoyo para dar rienda suelta a sus ideas, acompañando al emprendedor en los momentos difícil. Para eso, las mentorías pueden ser muy útiles», señala Roig. El gerente advierte que la Fundació Bit tiene «vocación de servicio en todo el territorio balear. El objetivo no es lconar ideas, sino que a partir de agentes locales, lograr fórmulas de colaboración adecuadas a los emprendedores». La Fundació Bit tiene el objetivo de «crear condiciones para que las nuevas ideas puedan crecer en viveros, semillas e incubadoras. Por suerte, la capacidad de innovación y creatividad es enorme».

Para Roig, Connect’Up es «un indicador importante de que en el mundo de la innovación hay muchas iniciativas, que se purden monitorizar desde el primer momento de su creación. En otros casos, trabajan en este proyecto hasta que aparece ante nosotros ya en un estado muy desarrollado». En su opinión, «Connect’Up es un mapa de la innovación muy importante». Antoni Roig considera que «con la pandemia, que todavía estamos atravesando, han cambiado mucho las cosas. Se han generado nuevas miradas al estar encerrado en casa, mientras que se han frenado otras».

A la espera de ver cómo evoluciona la situación, Roig tiene claro que «se han generado nuevas perspectivas» que han impulsado nuevos negocios como la comida a domicilio o han normalizado las videoconferencias. «Es una tecnología que llevaba mucho tiempo existiendo pero que hemos normalizado desde la pandemia», dice Roig. Una circunstancia que beneficia a Mallorca como territorio insular, ya que «no hay límites territoriales». Estas nuevas necesidades han llevado a buscar nuevas fórmulas de adaptación que se alcanzan gracias a la innovación. «Nos encontramos con proyectos empresariales en los que sus integrantes jamás se han visto las caras y en otros, se van viendo de forma periódica», dice Roig. La revolución en el mundo laboral ha irrumpido de forma clara. «El trabajo deja de ser un lugar para ser una condición», sentencia.